El sábado 25 de mayo, la abogada Laura Díaz Román participó en un acto sobre la contaminación acústica organizado por Ecologistas en Acción y Entorno Escorial en Casa Abierta Escorial. En su charla sobre los aspectos legales relacionados con el ruido, Laura hizo un repaso exhaustivo de la legislación pertinente y aclaró que no faltan leyes en esta materia sino la voluntad de aplicarlas por parte de las diferentes administraciones. En su opinión, la razón por esta situación es que, en muchos casos, el bien general de los ciudadanos es considerado menos importante que los intereses particulares. La abogada citó el libro del Profesor Alejandro Nieto, La Balada de la Justicia y la Ley, donde el jurista declara que “la ley ha sido secuestrada por una oligarquía empresarial”. San Lorenzo de El Escorial es un buen ejemplo de esta tendencia; las calles han sido privatizadas y ocupadas por las terrazas y el Ayuntamiento, en vez de velar por los derechos fundamentales de los ciudadanos, defiende los intereses de los hosteleros. Para luchar contra el ruido, Laura aconseja dos acciones fundamentales: acreditar la intensidad y la persistencia de los ruidos padecidos; en caso de que la exposición a las ruidos haya provocado algún tipo de lesión física o psíquica, acreditar su existencia mediante los correspondientes informes médicos.
La presentación de Laura: La defensa jurídica ante el ruido
1 comentario:
"El Ayuntamiento, en vez de velar por los derechos fundamentales de los ciudadanos, defiende los intereses de los hosteleros."
Bien, pero son los ciudadanos que van a las terrazas y son los ciudadanos que hacen el ruido. Si hay tantas terrazas es por causa de la demanda por parte de los ciudadanos. Los hosteleros no están obligando a nadie sentarse en sus terrazas!
El problema es menos la existencia de las terrazas y más la falta de educación de algunos de sus clientes.
Cerrar las terrazas sería matar la vida del centro de pueblo y convertirlo en un pueblo dormitorio aburrido.
La convivencia entre ciudadanos que viven en el centro y quieren dormir y ciudadanos que disfrutan la oferta de ocio del centro es posible. Lo que hace falta es:
1. Más educación y una iniciativa de publicidad sobre el ruido con más peso y más visibilidad que la campaña que hizo el ayuntamiento el año pasado.
2. Que los municipales actúan contra los casos de exceso de ruido, los terrazas abiertas fuera de su horario autorizado, y contra los chavales del botellón. Y si no hacen, que nosotros hacemos mucho ruido (hablando metafóricamente) hasta que lo hagan.
3. Que los bares respetan las normas del horario de cerrar las terrazas. También se puede plantar la idea de adelantar esta hora hasta la 1, por ejemplo.
Y si todo esto no tiene éxito?
Pues, podemos añadir unos cócteles molotov a las cartas de los bares!
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