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Proyectos sin el apoyo de los ciudadanos
En El Gamonal la iniciativa del Ayuntamiento de Burgos de construir un gran aparcamiento con plazas en venta por 19.000 euros y peatonalizar un bulevar principal encontró el rechazo frontal de la mayoría de los habitantes por reducir la posibilidad de aparcar en la calle de este barrio densamente poblado. En los dos Escoriales, hay varios proyectos en cuestión: el nuevo campo de golf en El Tomillar (El Escorial), El Ensanche (El Escorial) y dos bloques de viviendas de protección oficial en pleno conjunto histórico (San Lorenzo). Además hay varias agresiones ambientales: la construcción de una gran capilla en Prado Nuevo (El Escorial), la destrucción del bosque del arroyo Lavar (El Escorial) y el coto de caza en Abantos (San Lorenzo). En El Escorial y San Lorenzo no se observa mucha demanda social para nuevas viviendas o un campo de golf y muchos vecinos escurialenses están hartos de la construcción y las agresiones ambientales que, durante los últimos años, han dañado seriamente el patrimonio natural e histórico.
Mantener los servicios públicos en vez de gastar dinero en obras
Los vecinos de El Gamonal veían como sus servicios públicos empeoraban cada año, como su guardería local estaba cerrada y su biblioteca quedaba en ruinas por falta de dinero, mientras que el consistorio estaba dispuesto de gastar 8,5 millones de euros en un faraónico y innecesario proyecto urbanístico. Los habitantes de los Escoriales también han sufrido importantes recortes en los servicios públicos y grandes aumentos en tasas e impuestos. Muchos ciudadanos escurialenses no entienden el elevado gasto de los dos consistorios en urbanismo mientras hay cada vez menos dinero para los servicios sociales y educativos, como las actividades extraescolares.
La sombra de la corrupción
En El Gamonal el proyecto del aparcamiento fue otorgado al constructor y magnate de la comunicación Méndez Pozo, un personaje todopoderoso en la ciudad que ha sido condenado por corrupción. En los dos Escoriales no ha habido ninguna condena por corrupción aunque los dos actuales concejales de urbanismo han tenido actuaciones muy polémicas: González Velayos en el caso de La Granjilla (El Escorial) y Gonzalo Cuesta con un edificio de oficinas en la calle Teresa Berganza. Sin embargo, todos sabemos que en España cuando hay grandes recalificaciones e importantes obras, siempre existe riesgo de corrupción si no hay absoluta transparencia (y aquí no la hay).
¿La voluntad de los ciudadanos?
En Burgos, el alcalde de Lacalle defendió su proyecto contra viento y marea y esgrimió el apoyo de los ciudadanos en las urnas para justificar sus acciones, tachando a los opositores como “un grupo minoritario de extrema izquierda” que “desafía el estado de derecho” con sus protestas contra un ayuntamiento elegido democráticamente. Al final tuvo que rectificar y abandonar el proyecto después de una semana de protestas callejeras. De la misma manera, los dos alcaldes escurialenses justifican sus proyectos por el apoyo recibido en las urnas, aunque es poco probable que los votantes estuvieran al corriente de todos sus planes cuando depositaron su voto en las últimas elecciones municipales. La falta de conocimiento de los electores e implicación de los vecinos está agravada en los dos Escoriales porque son ciudades dormitorios, donde mucha gente vive en urbanizaciones alejadas de los cascos históricos y con poco contacto con la vida municipal.
Cómo “El Escorial no es Gamonal”
La marcha del domingo 30 de marzo no será el pistoletazo de una dura y, a veces, violenta protesta callejera como en El Gamonal, porque todos los grupos convocantes están totalmente en contra de la violencia. La marcha será cívica y lúdica y su intención es llamar la atención de los vecinos sobre lo que está pasando en los dos pueblos y cómo los dos alcaldes siguen políticas en contra del bien común y a favor de los intereses de unos pocos. La protesta no será tan mediática y no tendrá los efectos inmediatos de paralizar los proyectos urbanísticos. Sin embargo, la manifestación sí podrá despertar a personas que ahora ven imposible un cambio y que aceptan con tristeza y resignación las políticas actuales. Estamos a un año y pico de las elecciones municipales y todo indica que habrá una dramática bajada del voto al Partido Popular en los dos pueblos. Puede ser que la marcha siembre una nueva esperanza por un cambio hacia un modelo más democrático, más sostenible y más social en El Escorial y San Lorenzo de El Escorial.
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