Diapositiva de la charla de Pilar Lacasta |
La respuesta de Pilar Lacasta:
En primer lugar, siento que esta persona no
haya oído la conferencia completa, ya que en ella intentaba establecer los
valores patrimoniales de una dehesa, que son varios, no limitándose solamente
al valor ecológico, que sin duda lo tiene, como lo atestiguan diversos estudios
de biólogos, ecólogos, etc.
En segundo lugar, me gustaría aclarar algunos
puntos:
1.
El proceso de abandono de
prácticas agrarias tiene dos vertientes:
a.
Acaba con la formación anterior
(espacio cultivado, dehesa, etc.)
b.
Abre el proceso de regeneración
del bosque que, en el mejor de los casos culminará con la formación de los tres
estratos: arbóreo, arbustivo y herbáceo (que en ningún caso suponen la vuelta
al bosque primario, sino a una formación secundaria), aunque la mayor parte de
las veces el proceso culmina con la formación de un estrato arbustivo como
climax (tal y como podemos observar en amplias zonas de la sierra norte de
Madrid donde los jarales ocupan la mayor parte de sus vertientes).
En este sentido es como se considera la amenaza para las formaciones
adehesadas que, naturalmente, desaparecen (en la charla expliqué muy claramente
que la matorralización de una dehesa, si bien supone su fin, significa la posibilidad
de recuperación del arbolado).
2.
Efectivamente, considerado el tema
desde un punto de vista únicamente ecosistémico, la presencia del bosque es el
espacio por excelencia, pero si tenemos en cuenta al hombre como un elemento
más de ese espacio territorial, creo que la intervención humana manteniendo
actividades productivas en espacios adehesados no suponen la mayor amenaza que
tienen los espacios denominados naturales (teniendo en cuenta los intensos
procesos de urbanización, ocupación de suelos por cultivos transgénicos, por
campos de golf, etc., que se vienen produciendo cada vez con más intensidad).
3.
Nada de lo que dice el artículo
que nos recomienda está en contradicción con o que expliqué en la charla.
4.
Creo que no se debe confundir
“jardín” con “dehesa” ya que obedecen a conceptos muy diferentes.
5.
Puedo asegurar que no hay interés
ninguno en divulgar los valores culturales de las dehesas, sino un ánimo de dar
a conocer la importancia que un espacio agrosilvopastoral ha tenido y tiene en
nuestra península, que va mucho más allá de la mirada única de “todo
naturaleza”.
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