Miguel Jara |
Belén Igual Díaz |
Palmira Pozuelo |
Foto: Entorno Escorial |
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La médico Belén Igual Díaz afirmó que muchos de los avances en longevidad se explican por las mejoras en alimentación e higiene pública desde el siglo XIX y no se deben a los tratamientos, muchas veces agresivos, de la medicina convencional. La ponente describió cómo en la sociedad actual, individualista y consumista, la medicina se ha convertido en una herramienta para la sumisión de la población.
Utilizó como ejemplo la “patologización” del embarazo, un proceso natural que ahora es una prueba de obstáculos y un martirio para las mujeres. Según la doctora Igual, los protocolos médicos imponen el sobreuso de ecografías, screenings para diabetes y la anestesia epidural que desnaturaliza el embarazo y el parto. Frente a este proceso, Belén recomendó la reducción de intervenciones agresivas y el parto natural en casa, por ejemplo con el uso de técnicas de respiración para afrontar el dolor.
Terminó diciendo que en otros campos, millones de personas sanas han sido convertidas en enfermos por sus niveles de colesterol, tensión arterial y problemas psicológicos.
Miguel Jara es un periodista que lleva 14 años investigando a la industria farmacéutica y los casos de las personas dañadas por medicinas. Explicó como los visitadores médicos de las empresas “compran” las recetas de los doctores y que, en España, los medicamentos se han convertido en objetos de consumo.
Miguel describió cómo, en general, las medicinas se descubren en las universidades públicas y cómo las empresas las patentan y luego en muchos casos manipulan los ensayos clínicos. De hecho, estas pruebas clínicas se han convertido en un instrumento de marketing más para los medicamentos de superventas. Habló también del enorme poder del lobby farmacéutico, ilustrado por el gran pelotazo de la “pandemia de la gripe A” en 2009 cuando la empresa Roche ganó millones de euros con su medicina Tamiflu. La OMS (Organización Mundial de la Salud) fue manipulada para declarar un estado de pandemia y convencer a los gobiernos de comprar esta medicina masivamente aunque no sirve para nada.
Según Miguel, hay muchos conflictos de intereses. Por ejemplo, las mismas agencias reguladoras de medicamentos en los EE.UU y Europa están financiadas por los laboratorios farmacéuticos y las revistas médicas publican estudios financiados por las mismas empresas, que no son nada independientes.
Otras prácticas poco éticas son las subvenciones a las asociaciones de pacientes que luego presionan a las administraciones para el uso de medicinas y las “puertas giratorias” entre altos funcionarios y políticos y las grandes empresas sanitarias. Miguel terminó diciendo que no hay que delegar nuestra salud al complejo médico/farmacéutico y que es imprescindible tener información veraz y formación independiente sobre temas médicos.
La farmacéutica Palmira Pozuelo habló de su experiencia en un pueblo madrileño donde la gente le pedía pastillas para tratar sus síntomas de manera rápida y barata (“algo que me lo quite”) en vez de buscar el origen de los problemas y sus soluciones, que en la mayoría de las veces estaban en la forma de vida, mala comida. etc.
Según Palmira, la medicina convencional es una “medicina de guerra” que funciona bien en casos de urgencia pero que no soluciona muchos problemas crónicos comunes y además tiene muchos efectos secundarios.
España es el segundo país en consumo de fármacos con sobreuso de medicinas como los antibióticos que dañan la flora intestinal y destruyen las “bacterias buenas”.
Frente esta situación, Palmira recomienda la “medicina integrativa” con el uso de la medicina convencional para emergencias y la medicina natural, combinada con una dieta y vida sana para solucionar muchos problemas crónicos. Por ejemplo, en vez de tomar estatinas para altos niveles de colesterol, se puede controlar la dieta (ej. con más fibra), reducir el estrés y aumentar el ejercicio físico.
Así que ya sabéis, empoderaros de vuestra salud, no la deleguéis en nadie más que para asesoraros. Seamos responsables de nuestro bien más preciado.
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