El
sábado 5 de abril el biólogo y ornitólogo Juan Carlos Álvarez Ruiz nos
dio una charla muy interesante sobre los buitres de Abantos en un salón de
actos lleno de la Casa de Cultura de San Lorenzo. Juan Carlos explicó que su fascinación
por los buitres vino por su espectacular vuelo, algo que estudió cuando investigaba
la aerodinámica de las aves.
Empezamos
la charla con el importante lugar de los buitres en la cultura, desde la época
neolítica en Turquía, en el antiguo Egipto y en la mitología celta — donde
los buitres servían de mensajeros entre los muertos y los dioses. Ahora hay varias
especies en América y otras en el Viejo Mundo (Europa, África y Asía), donde habitan
una franja cálida con térmicas. El leonado se encuentra desde la península
ibérica hasta las Himalayas. Hay cuatro especies de carroñeros ibéricos: el buitre
leonado, el buitre negro, el alimoche y el quebrantahuesos (aunque a veces se
ve el buitre moteado o africano). El buitre negro es más grande que el leonado
y más cuadrado; se pueden distinguir más fácilmente cuando vuelan juntos.
El
leonado tiene una envergadura de 2,30 a 2,50 metros y pesa entre 7 y 9 kilos. Pone
sus nidos en riscos y raramente en árboles, es monógamo y en general sedentario,
aunque hay una pequeña dispersión de jóvenes. La península ibérica posee el 98%
de la población europea y la mayor parte se localiza en España (en Portugal
retiran las reses de los campos y hay menos alimento). El leonado tiene un
vuelo majestuoso; para ahorrar energía planea y mueve poco sus enormes alas.
Utiliza las térmicas para subir en círculo y alcanzar una gran altura para
luego desplazarse más lejos en búsqueda de comida. Su periodo de cría es de
finales de enero a finales marzo y los pollos siguen en el nido hasta finales
junio. Las hembras ponen un único huevo de 10 cm e incuban tanto los machos
como las hembras. Se distinguen los jóvenes por el color más oscuro de su pico,
que se les va aclarando con el tiempo, y por su bola, las plumas debajo del cuello,
que es más filamentosa.
Juan
Carlos terminó por contarnos el estudio de leonados que ha llevada a cabo la
SEO Sierra de Guadarrama, con la ayuda de los ayuntamientos de San Lorenzo y
Santa María de Alameda, en el monte Abantos. Se incluye todo el cordal desde
Cuelgamuros hasta la Cruz Verde, más la zona del Tobar del río Aceña. El
topónimo “Abantos” viene del término genérico del buitre, pero, en el siglo XX,
con la persecución de los buitres como alimañas, los leonados desparecieron del
monte. Los censos de 1999 a 2002 no encontraron evidencia de cría en el monte y
el primer indicio fue en 2007 cuando se registró un pollo. En 2022 salieron
adelante 6 pollos de 11, en 2023 14 de 17 y en 2024 14 de 18, un aumento
importante de la población criadora.
Según
Juan Carlos, esta recuperación de la población en Abantos se debe
principalmente a la ganadería extensiva, la fauna salvaje, la caza (ej. los
ciervos y gamos) y la tranquilidad. En Abantos la situación mejoró mucho con el
cierre de la pista al tráfico rodado, aunque el uso ilegal de las motos en el monte es un
estorbo importante. Ahora la amenaza más importante para los leonados son los
venenos que se ponen en los campos, muchas veces para matar otros animales.
También causan mortalidad los tendidos eléctricos y los aerogeneradores.
Terminamos
el acto con una animada sesión de preguntas.
Colgaremos en breve la grabación de este
acto.