SIETE CONSEJOS PARA ANA BOTELLA Y LOS DEMÁS ALUMNOS DE INGLÉS


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Inglés para activistas está preocupado por el impacto del polémico caso del “relaxing cup of café con leche” sobre el aprendizaje de inglés en España, por un posible aumento del miedo al ridículo entre los alumnos.


El domingo pasado el proyecto social, Inglés para activistas, publicó una entrada en el blog de Entorno Escorial  ofreciendo clases gratis a Ana Botella con la única condición de que ella renunciara a protagonizar otra presentación olímpica. Sin embargo, después de todo el revuelo mediático parodiando la intervención de la regidora madrileña, el profesor del grupo está alarmado por su posible efecto negativo sobre muchos estudiantes de la lengua de Shakespeare. En opinión del docente de Inglés para activistas, la señora Botella hizo el ridículo por el contenido de su discurso y por su ignorancia sociolingüística y no por su baja competencia estrictamente lingüística. Por eso, se ha elaborado una lista de consejos para dar una presentación en inglés u otro idioma que no es el tuyo.


Siete consejos para una presentación en inglés:

1. Conocer a tu audiencia: La alcaldesa madrileña enfocó su charla sobre la alegría y simpatía de los madrileños para ganar los corazones de los delegados olímpicos. Sin embargo, en la mayoría de las culturas del mundo esas cualidades no están tan altamente valoradas como en España. Por ejemplo, para convencer a los norteeuropeos un discurso sobre la seriedad y constancia de los organizadores habría surtido más efecto.



2. No infravalorar a tu audiencia: Todos los representantes del comité olímpico que estaban en Buenos Aires leen la prensa o ven los medios de comunicación y saben que en España hay un 27% de paro y una dramática situación económica y social. La imagen estereotipada de madrileños felices tomando cafés en preciosas zonas históricas no cuadra con la realidad social de un país que sufre una profunda depresión. Además, Botella infravaloró el impacto de los escándalos de dopaje y corrupción en sus oyentes.



3. No intentar aparecer alguien que no eres: Durante largos años como consorte de Aznar y ahora como regidora, Ana Botella no se ha distinguido exactamente por ser simpática o campechana como destaca Elvira Lindo en un artículo de El País y, durante su intervención, fue patente que su actitud exuberante y encantadora era totalmente falsa y artificial.



4. Decir algo interesante: El deportista Rafa Nadal tiene un fuerte acento y comete muchos errores gramaticales en inglés pero todo el mundo quiere ver sus entrevistas porque es un tenista brillante que sabe muchísimo del juego. Ana Botella es una política mediocre que no aportó nada de interés durante su presentación y otras intervenciones.



5. No contestar si no entiendes: Durante una rueda de prensa Ana Botella se quitó los cascos y, al escuchar una pregunta de un periodista estadounidense sobre el paro y la austeridad en España, se fue por las ramas sobre otros temas porque no había entendido la pregunta. Así la regidora hizo un auténtico ridículo.



6. No mezclar idiomas: El uso del castellano de la mujer de Aznar  en su discurso en inglés, con frases como “café con leche”, “Plaza Mayor” y “el Madrid de las Austrias”, fue muy desacertado porque la mayoría de sus oyentes, no hispanoparlantes, pudieron no haber entendido esas referencias culturales. Es otro ejemplo del punto número uno (no conocer a tu audiencia).



7. Conocer tus limitaciones: Ana Botella tiene un nivel de inglés aceptable para la mayoría de las ocasiones, incluso para una presentación a un grupo de personas. Sin embargo, ella no tiene ni de lejos la competencia lingüística de Pau Gasol ni del Príncipe Felipe y habría sido mucho mejor utilizar los cascos todo el tiempo y aprovecharse de los servicios de los intérpretes en un evento de tanta envergadura y con la atención de con todos los medios de comunicación del mundo.



En conclusión, Ana Botella no hizo el ridículo por su nivel (razonable) de inglés sino por su propia personalidad, su ignorancia sociolingüística y el pobre contenido de su intervención. Tener un acento fuerte e incluso cometer errores gramaticales durante una presentación no es tan importante si el ponente es natural y atractivo y si imparte algo de interés y relevancia para su audiencia.

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