El 9 de octubre el hortelano experimentado, Karol Minta, impartió un taller práctico sobre compostaje en las huertas ecológicas en Zarzalejo, una iniciativa promovida por Zarzalejo en Transición y Entorno Escorial. En el taller, Karol tocó dos temas distintos: el vermicompostaje para los residuos en casa y el compostaje tradicional de los restos vegetales en las huertas familiares.
1 Vermicompostaje en
casa
Este tipo de compostaje transforma de forma bastante rápida los residuos
vegetales en vermicompost y es mejor hacerlo dentro de un edificio porque,
cuando el vermicompostador está fuera en el jardín se ralentiza el proceso
durante los meses del frio e incluso pueden morir las lombrices que necesitan
temperaturas de entre 7 y 35º C.
Para empezar hace falta:
a) unos 50 gramos de lombrices (si es posible lombrices de la misma huerta,
sino se pueden comprar, aunque hay que evitar las lombrices californianas)
b) tres contenedores de plástico de distintos tamaños
c) residuos vegetales (fruta y verdura, no carne, pescado, pan etc.)
Se puede comprar vermicompostadoras pero también es posible utilizar cubos
de plástico como botes de pintura. El cubo más grande queda abajo y es para
recoger el liquido del proceso, algo muy valioso para abonar plantas,
especialmente semilleros y plantas jóvenes. En la parte inferior de los dos
cubos restantes se hacen agujeros.
Hay que meter las lombrices en el segundo cubo y cubrir con residuos
vegetales. Cuando está lleno, se puede llenar el siguiente cubo. No importa si
están presionados los residuos porque las lombrices están acostumbradas a la
presión. Cuando las lombrices han comido los residuos vegetales en el segundo
cubo y están transformados en vermicompost, las lombrices suben por los
agujeros y empiezan a transformar los residuos del cubo más alto. Se quita el
2º cubo, se guarda el vermicompost y se repite el proceso.
No hay que echar ceniza porque es antiséptico y hay que evitar el papel con
tinta que puede envenenar a las lombrices, aunque el cartón está bien.
Hay que echar el vermicompost encima de la tierra ya preparada para sembrar
o plantar (no dentro porque puede quemar a las raíces). El liquido se usa para
regar (1 litro de liquido del vermicompost por 20 litros de agua).
2. Compostaje en la
huerta familiar o colectiva
Se usan los restos vegetales de la huerta (malas hierbas, plantas etc) y el
otoño es un momento ideal porque es cuando se limpian los bancales de las
plantas de verano. Si hay una trituradora en la huerta, se pueden aprovechar
podas de árboles y arbustos, pero los trozos no deberían tener más de 10 cm.
Las estructuras de plástico que se venden en los centros de jardinerías
como “composteros” en realidad sirven solamente para almacenar y secar los restos
de la huerta pero dificultan el proceso de compostaje que necesita que se
voltee el compost.
Hace falta lo siguiente:
a) restos vegetales de las huertas (es idóneo hacer en cantidad y tener un
metro cúbico)
b) si no hay compost del año pasado es útil comprar un activador (o
starter) para hacer más rápido el proceso de compostaje. Si los restos son muy
ácidos, es aconsejable echar cal con el compost del año anterior.
c) estiércol animal (vaca, cabra, caballo, oveja o gallina). Por un metro
cúbico de material orgánica hacen falta dos sacos grandes (o un 20% de material
orgánica). El estiércol más apreciado es de vaca y lo mejor es conseguirlo de
un ganadero ecológico cercano.
Para empezar el proceso hay que seguir los siguientes pasos:
2. encima de esta capa, echar una buena cantidad de estiércol
3. encima del estiércol echar el activador
4. regar la capa con agua
5. se repite el proceso para 2 o 3 capas más hasta tener un montón de
aprox. 1.5 metros de altura
6. se cubre el montón de una lona después de regar otra vez
7. se guarda durante tres meses. Periódicamente se revisa el nivel
de
humedad dentro del compost. Si hay demasiada humedad hay que quitar la lona
durante un tiempo. Si falta humedad hay que regar
8. Después de tres meses se voltea el montón de compost y se cubre de nuevo
con la lona. En este momento, el montón se habrá reducido en tamaño de forma
importante.
9. Después de seis meses (en primavera) el compost está listo para acolchar
los bancales
Karol puntualizó que la tierra es algo vivo, con su propio ecosistema y hay
que utilizar siempre elementos lo más cercanos posibles para evitar traer
organismos foráneos que pueden trastocar el equilibrio del ecosistema.
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